Javier Aldeco Ramírez,es Doctor en Ciencias, investigador titular “C” en el departamento “El Hombre y su Ambiente”
Este proyecto consistió básicamente en medir corrientes para generar energía eléctrica a partir de ellas. La problemática de la sobrepoblación en las Islas Marías ha producido una demanda de energía eléctrica, y es cubierta a partir de generadores que funcionan con combustóleo. Los pobladores de las Islas Marías, los custodios, los directivos, todos ellos tienen en sus casas aire acondicionado; demanda una cantidad de energía fuerte. Desde Mazatlán, San Blas o desde algún puerto en el pacífico se lleva semanalmente una cantidad increible: 500 mil litros de combustóleo diésel para echar a andar esos generadores de energía. Sale muy costoso el transporte; si agregamos los inconvenientes provenientes del mal tiempo es un verdadero problema.
“El mangle está protegido por una norma oficial mexicana que dice que no se puede talar pero la ley en este país, es para los pobres. ”
La idea de generar energía eléctrica a partir de las corrientes marinas es vieja. La historia de la oceanografía menciona su potencial: la energía de las corrienes marinas se puede transformar en energía eléctrica. Académicos de una Universidad de Boston, Massachusetts,idearon un pequeño submarino dotado de propelas, las cuales giran con la fuerza de las corrientes marinas. Éste se ancla cerca de la costa donde pasan las corrientes; una caja de engranes transmite la potencia a generadores de energía eléctrica y de ellos sale a la costa un cable que distribuye la energía.
Para instalar estos generadores la empresa requería estudios oceanográficos de las corrientes marinas. La Secretaría de Seguridad Pública los encargó a una compañía privada, y ésta hizo contacto con nosotros. Para dar estos servicios elaboramos convenios de colaboración y contratos de prestación de servicios entre la UAM-X y dicha empresa. Es así como la universidad cumple con la finalidad de prestar asistencia a los empresarios.
Después de hacer todos los trámites pactados en los convenios, los arreglos de costos y tiempos de entrega, el protocolo, las responsabilidades hacia la empresa, la documentación escrita necesaria, etc., se procedió con los preparativos para ir a la isla. Es en este punto importante la colaboración de la UNAM y de la Academia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANIDE) para conseguir el equipo faltante. Fue una labor de gestión entre instituciones para lograr reunir el equipo, las formas de trasladarlo (el equipo oceanográfico es voluminoso y delicado, fue necesario transportarlo en avión), quien lo recibiera en San Blas o Mazatlán, la salida de los barcos; en fin, fueron muchas cosas.