Los estudiosos del comportamiento animal se pasan mucho tiempo aplicando la técnica de la observación; prestan atención a diversos animales en condiciones de libertad y en condiciones de encierro para establecer criterios de bienestar y calidad de vida.
Para entender a una especie animal, es necesario observarla en diferentes condiciones de tiempo, de lugar, de clima, de relación, para descubrir las causas que la hacen comportarse de una determinada manera. La comprensión del comportamiento animal es importante no sólo para la ciencia sino para la ética y la conservación.
Las relaciones entre las personas y los animales han sido bastante debatidas dentro de las disciplinas correspondientes. Estas se estudian y se observan desde diferentes ángulos; desde la necesidad y la utilidad de los animales y su aprovechamiento dentro de la sociedad, desde la conservación o desde la explotación y el abuso. El hecho es que prima la concepción de que el bienestar animal tiene que ver fundamentalmente con la ética y no sólo con el aumento de la productividad, ya que el bienestar de los animales es responsabilidad de todas las personas involucradas, desde los productores hasta los consumidores pasando por toda la cadena.
La percepción de lo que significa el bienestar animal varía según cada cultura, pero investigaciones como las de la Dra. Alonso, sobre el comportamiento de los animales de granja, han fijado criterios más objetivos y medibles. Leamos lo que ella dice.