El mundo urbano fue durante muchos siglos de lento crecimiento, es hasta el surgimiento de la Revolución Industrial que se originan las ciudades modernas y se transforma la vida de la sociedad. La población creció en forma exponencial y los efectos negativos nos rebasaron. Las propuestas de los arquitectos urbanistas existían desde siglos anteriores, más precisamente desde el Renacimiento. Algunos arquitectos de este periodo proyectaron ciudades ideales que no pudieron llevar a cabo porque las ciudades europeas se habían originado desde la época medieval, o incluso antes, y ya no era posible modificarlas. Sin embargo, estas ideas o propuestas pudieron aprovecharse para la fundación de las ciudades americanas.
En el siglo XIX los protagonistas fueron los ingenieros, llevaron a cabo magnas obras de destrucción de los centros históricos en la búsqueda de un ambiente más sano, aunque también existían motivos de corte militar. Durante el siglo XX los arquitectos funcionalistas retoman el control y diseñan ciudades bajo la propuesta de lo que ellos consideraban las funciones principales: el habitar, el trabajar, el circular y la recreación. El resultado fue que las ciudades propuestas por ellos, y que finalmente se llevaron a cabo, terminaron por fracasar.
Posteriormente sería la multidisciplina la que buscaría resolver el problema urbano, a través de lo que se conoce como Desarrollo Urbano, modelo de enseñanza que adoptaron algunas universidades como la nuestra. El resultado ha sido otro gran fracaso.
A finales del siglo pasado y principios de este, como consecuencia de la Primera Cumbre Mundial del Medio Ambiente de 1992 en Río de Janeiro, la problemática ambiental es reconocida como prioritaria, así que surgen varios enfoques para afrontar la problemática de lo urbano: arquitectura sostenible, sustentable, ecológica, regiones habitables, arquitectura del paisaje, entre otras, cuyo objetivo es utilizar materiales, técnicas e insumos amigables con el medio y promover formas de reciclaje, autoconsumo y utilización de recursos naturales de modo responsable.
El personaje que surge en los países europeos para abordar esto, es nuevamente el arquitecto urbanista, pero no el mismo del funcionalismo, sino un urbanista mejor preparado en cuestiones ambientales y en la transdisciplina, que se convertiría en la mejor manera de abordar la problemática, que ya no se limita a lo urbano, sino que tiene un enfoque territorial, donde el patrimonio cultural y el medio ambiente juegan un papel igual de importante. Esto es lo que hoy se conoce como Paisaje Histórico Urbano o Paisaje Urbano Histórico.
Es en este marco que surgen los Ecobarrios, que Fernando Cuello en su artículo “La verdad sobre los ecobarrios” (2012), define así: “es una fracción urbana que se destaca por su mejor desempeño en las dimensiones del desarrollo sostenible (ambiental, social y económica)”. Agrega que “puede tener un origen en un tratamiento urbano de desarrollo, pero también puede aprovechar un re-desarrollo, renovación urbana o mejoramiento integral” (Cuello, 2012)(1).
Hoy en día se está trabajando de manera importante en la creación de estos ecobarrios como una de las estrategias que pueden llevar a las ciudades capitalistas a convertirse en ciudades sostenibles.