De las brujas alquimistas de ayer a las científicas ambientales de hoy

Proyecto Hábitat de emergencia San Gregorio Atlapulco
El 19 de septiembre de 2017 ocurrió un sismo de dimensiones alarmantes que destruyó parte importante de la Ciudad de México. Inmediatamente empezamos a trabajar con los estudiantes en la zona del sismo, haciendo charlas que revelaban la condición físico ecológica de la cuenca en que está ubicada la Delegación de Xochimilco.

Era fundamental señalar estas condiciones antes de pensar en hacer reconstrucción otra vez en zonas donde se les van a caer las viviendas, donde se les va a hundir el suelo y además van a quedar endeudados. Teníamos todos los estudios que demostraban la existencia de subsidencia y agrietamientos. Encontramos grietas hasta de dieciocho metros de profundidad más hundimientos por extracción de agua. El grado de afectación en San Gregorio fue brutal: hicimos planos de la zona en donde no se puede volver a construir.

Posteriormente formulamos un proyecto -después de ser sometido a concurso- denominado Hábitat de emergencia, San Gregorio Atlapulco, ubicado en la zona de pie de monte, un terreno con todos los estudios de suelo, ambientales y bioclimáticos. Empezamos a conseguir recursos; el apoyo de la Rectoría de nuestra Unidad fue inmediato.

Nos ofrecieron apoyo de una organización católica alemana para construir el primer grupo de viviendas. Ya están los diseños y ya se construyeron los paneles para una vivienda completa, para que la gente la vea instalada y funcionando en San Gregorio y estimular la consecución de recursos para las 70 viviendas que tenemos proyectadas.

La maravillosa participación
Sobra decir que este trabajo fue posible gracias a la participación comunitaria, fue muy hermoso trabajar con ellos. Cada aspecto importante de su vida en ese momento de tragedia requirió de tomar una decisión y actuar conforme a ella para lograrlo. La participación comunitaria del pueblo de San Gregorio Atlapulco fue una toma de conciencia colectiva sobre los problemas y elementos que estaban sobre la mesa y que el sismo sacó a la luz de una manera violenta.

Gracias a esta participación los ciudadanos expresaron sus angustias, sus problemas, sus carencias y participaron tanto en los diagnósticos, estudios y resultados de estos, como en las decisiones locales que se tomaron. La comunidad se organizó frente a las adversidades con el objetivo de conseguir una vivienda y lograr un mayor bienestar.

A través del diagnóstico participativo la gente misma analizó, sacó conclusiones y ejerció en todo momento su poder de decisión. Estuvieron al tanto de lo que se hacía, ofrecieron su esfuerzo y su experiencia para realizar una labor en común.

Se necesitan recursos para desarrollar el proyecto completo. Nosotros ya entregamos todas las carpetas para las viviendas definitivas, con materiales sismo resistentes, pero se requiere voluntad política; lo que estaba en nuestras manos ya lo hicimos; las instituciones no han dado una respuesta.

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