Soy egresado de la Licenciatura en Sociología, y soy profesor investigador en la UAM Xochimilco desde el 2008. Actualmente, además de mis tareas como profesor, coordino la Maestría en Desarrollo y Planeación de la Educación y el área de Sociedad y Educación del Doctorado de Ciencias Sociales. Soy músico además de sociólogo; cuando estaba estudiando la carrera ya trabajaba como músico. Conforme ha pasado el tiempo me ha absorbido el trabajo, pero aún mantengo la pasión y en la medida de lo posible el contacto con la música.
El trabajo que hacemos los profesores en la Universidad casi siempre va mucho más allá de lo que ven los estudiantes en el aula. Los profesores estamos todo el tiempo involucrados en actividades que tienen que ver con la academia, ya sea en el ámbito de la investigación, de la docencia o la difusión de la cultura, del servicio comunitario y la atención a las comunidades. Es trabajo muy rico, muy diverso y yo creo que hay que defender este espacio, esta forma de hacer universidad que no está centrada únicamente en que nuestros estudiantes sean los mejores –claro que es importante que salgan bien preparados- pero también tenemos que buscar la manera de relacionarnos con otros sectores y vincular a nuestros estudiantes en nuestros proyectos.
Es a través de estas prácticas académicas y de investigación que ellos que pueden ver lo que realmente es la disciplina de la sociología o cualquier otra área y cuáles son las posibilidades para trabajar en la sociedad. Además, la experiencia directa nos ha demostrado que, si la educación, la investigación, la acción y la transformación social tienen efectivamente un sujeto, éste no puede ser otro que el ser humano y sus aspiraciones de vida. Que nada de esto tiene sentido si no se centra en lo que el ser humano puede y quiere hacer con los demás, en condiciones activas, libres y democráticas.
Me he dedicado a la investigación de la educación entre otras cosas porque creo que es fundamental que desde el desarrollo de habilidades cognitivas podemos posibilitar que el estudiante rompa con los esquemas impositivos de una educación reproductora. Considero a la educación como una herramienta para la transformación y el desarrollo de potencialidades individuales y sociales que facilita el ejercicio de valores éticos y democráticos, cuya contribución implícita es la educación ciudadana necesaria para la práctica de valores tales como: la autonomía, el respeto la tolerancia, la responsabilidad y el reconocimiento del otro como parte integral de su experiencia transformadora.