Me uní al proyecto de la UAM en el año de 1994, invitada por la Dra. Martha Signoret Poillon, quien me enamora de su proyecto de trabajar con redes tróficas microbianas y me propone formar el laboratorio de Microbiología Acuática.
Empezamos en instalaciones provisionales y cuando se planea la construcción del edificio F se nos asigna un área apropiada para comenzar a formar un laboratorio y recursos humanos dedicados al estudio de la Ecología microbiana. Al comienzo teníamos muy poco equipamiento y casi nada de materiales, sólo la ilusión de formar este laboratorio.
En el año 1999 se inaugura el edificio F y se empieza a establecer el laboratorio; en ese mismo año el área de Estructura y Funcionamientos de los Recursos Naturales se vincula al Fondo de Modernización para la Educación Superior (Fomes) de la SEP, lo cual nos permitió obtener recursos económicos para la adquisición de equipos para el laboratorio, del cual he sido responsable, e iniciar estudios de Ecología Microbiana. Este espacio desde su creación ha sido compartido con tres profesores de base dedicados a diferentes aspectos de la Ecología microbiana.
En este laboratorio estudiamos las relaciones entre la ecología y la microbiología, abordando la función de los microorganismos en los ecosistemas acuáticos y terrestres para comprender la importancia de estos en la transformación y diversificación de los compuestos orgánicos e inorgánicos que sustentan las redes tróficas y la productividad biológica de estos ecosistemas.
Al convivir tan estrechamente con los microbios generamos una serie de relaciones con ellos, muchas veces imperceptibles, de las cuales depende el equilibrio y salud de los ecosistemas y de los organismos que en ellos habitan.