La violencia no está contemplada como problemática en los planes de investigación académica
Se han identificado diversos factores de agresividad y modelos de comportamiento violento que afectan la dinámica familiar y la convivencia social en diferentes entornos. Estos propician un ambiente violento que se ha convertido en un problema social que debe ser abordado en forma inmediata. Esta violencia se ha extendido en algunos casos a profesionales de la salud durante la prestación de cuidados, lo que agrega una variable más a la problemática.
El deterioro individual, grupal y social que produce la violencia, es una amenaza de destrucción a la vida de los afectados que imposibilita su desarrollo pleno a todo nivel. La violencia quebranta la esencia de las personas, atentando gravemente contra su dignidad, razón por la cual debe ser tratada y fundamentada desde una perspectiva ética.
“Existen protocolos específicos de atención a la violencia contra las mujeres y los niños, pero en el caso de otras violencias sociales producto del narcotráfico, por ejemplo, no existe ningún protocolo de atención y sí mucho riesgo para el personal de salud.”
A pesar de los progresos realizados en diversos sectores, de la Declaración Universal de Derechos Humanos y las propuestas de salud para la OMS, sus políticas no logran aún ser aplicadas a miles de personas en todo el mundo. Las trasgresiones, especialmente a los derechos humanos, son causa de lesiones y muerte, e influyen directamente en la salud de la población.
El Consejo Internacional de Enfermería ha hecho pronunciamientos alrededor de lo que sería recomendable impartir en los programas de formación de enfermeros y enfermeras. En necesario incluir materias que ayuden a identificar, documentar e investigar casos de violencia, porque finalmente el personal de salud tiene la obligación de proporcionar seguridad al paciente, de proveer elementos para cuidar su calidad de vida y su vida en sí, y ser respetuosos y vigilantes de los Derechos Humanos.
El Consejo Internacional de Enfermería indica que es prohibido para el personal de enfermería, participar en acciones o procedimientos que sean violatorios a los Derechos Humanos de las personas. Eso cruza por la ética profesional y en este caso, los profesores deben de ser enfáticos en la formación profesional y poner por encima el respeto a las decisiones y a los Derechos Humanos de las personas, sobre todo, negarse a hacer procedimientos que vayan en contra de la ética.
Los lineamientos del Consejo recomiendan que los casos de las personas que han sufrido violencia, tortura o tratos inhumanos degradantes, deben estar incluidos en los planes y programas académicos, como casos específicos de estudio; sin embargo, no están. Existen los principios éticos generales de hacer el bien, tener una ética profesional, no lastimar a los pacientes de manera innecesaria, respetar sus derechos, estudiar los códigos deontológicos alrededor de la ética de la enfermería, pero no hay protocolos de atención en casos particulares.
La formación en salud no solamente es la formación que tiene que ver con aspectos de la biología. Se piensa que el abordaje de la salud es solamente atender una enfermedad, poner una vacuna, manejar algún medicamento o asegurarse del bienestar del paciente al interior del hospital. La salud además tiene un montón de elementos históricos, políticos, económicos, culturales ideológicos, etc., que no se pueden invisibilizar porque si no, es imposible hacer un abordaje integral. La salud no es neutral, se desarrolla en un entorno muy político que no está ajeno a las luchas de poder ni a los procesos violentos, ni a las situaciones de riesgo.
Abrir los ojos y ver lo que pasa afuera del hospital, afuera de la profesión, ayuda a tener una visión más crítica de la realidad, de la atención a la salud. Los hospitales son espacios neutrales en donde todas las personas tienen derecho a ser atendidos y bien tratados sin importar su condición. A continuación, y al respecto, la Maestra Raquel Ramírez Villegas profundiza sobre el tema.