Ofrecer descripciones, análisis, interpretaciones y eventualmente explicar causas y efectos de lo que sucede en materia de las reformas educativas y de los problemas de la educación en general es a lo que me he dedicado la mayor parte de mi vida profesional. Es la esencia de mi trabajo académico.
En cuanto a la educación, en este país se acostumbra hacer reformas educativas que con los cambios de gobierno se descalifican y se anulan. He concentrado la experiencia de los casos que he estudiado, tanto en México como en América Latina para hablar de algo así como la reforma permanente.
Observo que los sistemas educativos cambian, pero lo hacen más por evolución y por reformas incrementales, más que por factores bruscos, sobre todo si son externos, los cuales despiertan mucho rechazo y oposición.
No todas las reformas educativas son malas, hay corrientes con respecto a la educación de los niños que son buenas, aunque vengan del exterior, que representan avances en el aprendizaje. Por ejemplo, lo que tiene que ver con habilidades emocionales, atención a la primera infancia, son asuntos que vienen del ambiente internacional y algunos gobiernos los toman y los aplican con consecuencias favorables.
Me interesa la reflexión de esa especie de reforma permanente que existe, donde los sistemas también son muy resistentes.
Veo esa resistencia al menos desde dos perspectivas: una, la resistencia natural al cambio de los factores internos y la otra, de valor histórico, porque la escuela finalmente es la memoria, es la que nos dice qué es lo que tiene que permanecer dentro de la institución educativa. No todo lo existente es malo y como las reformas educativas toman mucho tiempo y tienen que madurar, el compromiso debe ser constante y permanecer a través de los diferentes gobiernos. Es necesario hacer actualizaciones para mejorar, pero después de mucha reflexión crítica.
En cuanto a la moral de la educación, creo que todas las personas deberíamos hacernos cargo de resolver una serie de necesidades básicas de la sociedad que tienen que ver con cuestiones éticas esenciales: la problemática de la basura, del aseo personal, del cuidado de nuestro coche, nuestra casa, nuestra oficina porque no hacerlo es contribuir con un pensamiento de discriminación.
La ética laboral, el respeto a las normas, a la ley, al estado de derecho, debe ser sembrado en la escuela y no solamente ser parte de la retórica de las reformas. Aunque la educación tiene que ver con el poder y juega un papel en la reproducción de la hegemonía, hay criterios y principios éticos que deben sembrarse para que hagan parte de la cultura y no estén sometidos a los cambios en el poder.
La parte que considero más importante de mi trabajo es la docencia y siento un orgullo personal por ser profesor. Nunca he faltado a una clase, muy pocas veces he llegado tarde y me encanta la docencia, me encanta trabajar con los estudiantes.